En la actualidad, un escenario relativamente común es ver a un niño pequeño sosteniendo embobado un aparato electrónico, usualmente un teléfono celular que, probablemente, pertenece a uno de sus padres. En no pocas ocasiones, sucede que el teléfono que sostiene el hipotético infante, existe con el solo propósito de “pacificar” al menor, mientras que los adultos a su alrededor se mantienen a su vez embobados frente a sus propios terminales
Con respecto a esto último no nos vamos a referir en este momento; este es un ¿problema? que ya se ha mencionado bastante en diferentes artículos; la falta de comunicación interpersonal entre individuos debido a la irrupción en nuestras vidas de las distracciones provocadas por la sociedad hiperconectada de nuestros días
Con respecto a los infantes, los problemas no son únicamente de carácter físico, que los hay a granel (tendinitis, inflamación de lumbago, problemas de visión, dolor del cuello). Los problemas más preocupantes, a criterio personal, son de carácter social y de desarrollo, la falta de interacción temprana con su entorno familiar, el relegamiento de las tareas de formación paternal que las nuevas generaciones parecen abrazar (el teléfono pasa a ser la niñera de los pequeños)
Muy aparte de los correctivos que se deberían tomar a nivel personal por parte de todos los padres con respecto a sus hijos, la comunidad de profesionales de TI deberían hacer causa común frente al problema. Hemos creado soluciones para mantenernos conectados al mundo todo el tiempo desde cualquier lugar; ¿no será el momento de buscar alternativas para desconectarnos?
Es una idea peligrosa; los niños y jóvenes son un mercado muy lucrativo para las empresas que generan ingresos a partir de la captura de atención continua precisamente de este sector de mercado. Sin embargo, si ya hemos avanzado tanto en lograr que la tecnología y el contenido sea tan adictivo para los jóvenes, deberíamos poder invertir el proceso de forma que los más pequeños sean los primeros en desintoxicarse y, quien sabe, posteriormente los adultos podamos seguir sus pasos.